En octubre de 2004, después de aprobar una plaza para el entonces Instituto de Cultura de Elche como Operaria de Servicios Múltiples, me incorporé a mi puesto de trabajo en el Museo Escolar de Pusol.

En aquel momento no podía imaginar que mi trabajo allí iba a ser tan diverso y gratificante.

Por casualidad había conocido este museo apenas siete meses antes, hasta entonces, ni siquiera había oído hablar de él. Me pareció un lugar precioso, aunque pensé que me iba a aburrir muchísimo aquí... ¡nada más lejos de la realidad!

Como mi puesto de trabajo está en la recepción del museo, era tan solo cuestión de tiempo que me hiciera cargo de recibir a los/as donantes. El 18 de enero de 2008 atendí la visita de Don Pepe Pastor, de Elche. Se había enterado de que en el museo se recogían cosas antiguas y él tenía algunas: una báscula de madera, de la primera fábrica de embutidos que hubo en Elche; una cuna antigua, como una cama pero en pequeña; muebles y aperos del campo. Este fue mi primer contacto con las donaciones. Don Fernando me pidió que tomara los datos, para ello disponía de un documento, una ficha, donde debía anotar los datos personales e indicar en qué consistía la donación y la cual, finalmente, el/la donante firmaba.

Poco tiempo después empecé a dar de alta esas donaciones en el inventario. Para ello se me facilitó un bloc donde debía anotar todos los datos que anteriormente había recogido en el "Documento de Donación". A cada donante se le adjudica un número, que hoy en día conforma la "Base de Datos de Donantes", de la cual me encargo. A continuación, debía describir cada uno de los objetos donados y adjudicarles un número de inventario. En la descripción intento siempre poner el mayor número de datos posibles con el fin de que, el día de mañana, se pueda diferenciar esa pieza de otras similares. Para ello a menudo tengo que investigar, ya que recibimos piezas que desconozco qué son y para qué se utilizaban, aunque, generalmente, la persona que las dona suele contarme algo sobre ellas.

Realizado todo este proceso dejo la donación en el almacén y otros/as compañeros/as se encargan de restaurar, fotografiar y ubicar cada uno de los objetos.

Actualmente tenemos más de 73.000 piezas dadas de alta, más de 1.800 donantes y recibimos una media de 4 donaciones al mes, es decir, prácticamente todas las semanas recibimos alguna donación.

Este trabajo, junto con otros que llevo a cabo en el museo, me ha aportado unos conocimientos y me ha enriquecido como nunca imaginé y formarán parte del aprendizaje que me llevaré de aquí... ¡siempre!

Gracias al Museo Escolar de Pusol, a Don Fernando y a todos los compañeros y compañeras que en todos estos años he tenido y tengo.                                

Autora: Ana Mª Marcos, operaria de servicios múltiples del Museo Escolar.